martes, febrero 14, 2006

Requiem por un blog perdido


Imagen tomada de singingsmile.livejournal.com

Hace un tiempo, antes de que descubriera a toda la comunidad bloguera de blogspot.com, me topé con un diario virtual. Dicho diario pertenecía a una chica portuguesa llamada Johanna Linda, y era un espacio altamente recomendable, refrescante y sensible. Johanna es fotógrafa y cada dos días (aprox) ponía a consideración de sus lectores, autorretratos y escritos (algunos en inglés, algunos en portugés) de excelente calidad.

Desde aquel encuentro hasta hace dos semanas, periódicamente revisaba el blog (después me enteré que asi se llamaba), nunca dejé un comment, pero eso no significaba que no lo disfrutra mucho. El blog de Johanna era muy inspirador, y muy en el fondo deseaba tener un lugar asi en la red. Casi un año después, una amiga (aka, lupilstinskin) me comentó del blog de un amigo suyo y fue ahí donde conocí al buen Ruy Feben. Con temor a que ésto se convierta en un guayabazo, el blog de Feben fue la inspiración necesaria para animarme a escribir un blog. A partir de el espacio de Johanna y con el segundo aire que vino a ser Feben.... comenzó el "deja-vú"

Es por eso, que la noticia de que el blog de Johanna ya no existe, asi como su página, me pone muy triste. Es un hecho que se extrañan sus fotos por estos lares. Es curioso, a pesar de nunca haber intercambiado ni una línea directamente, siento como si una amiga se hubiera ido a vivir lejos.

domingo, febrero 05, 2006

Los milenarios


Suena como título de alguna serie de extraterrestres de HBO. Sin embargo, semejante adjetivo apocalíptico es empleado para referirse a ti, a mi y la mayoría de nuestro grupo de amistades. Los milenarios somos aquellas personas nacidas entre 1980 y el 2000. Personas que comprendemos la tecnología como parte integral de nuestra vida porque prácticamente hemos convivido con ella desde que nacimos.

Pues sucede que los milenarios le están dando dolores de cabeza a todas esas personas que se dedican a vender cosas, léase mercadólogos. Y todo esto es porque nuestra aproximación a los medios es muy diferente y voluble a la que tienen generaciones previas.


Pros y contras de ser un milenario

Es un hecho que nuestra capacidad para atender muchos asuntos a la vez está mas desarrollada que la de nuestros padres. Por lo menos si éstas actividades suceden frente a una pantalla; atendemos varias ventanas con información la vez, ventanas de mensajes de diferentes personas, mensajes que llegan al celular…

Todo el tiempo estamos conectados de alguna manera. La mayor parte de las veces tenemos acceso a comunicarnos con nuestra red de amigos, y ellos con nosotros. Esto puede tener diferentes consecuencias. Lo malo que le veo a esto es que nuestra interacción con los demás es cada vez más virtual que nada. Las llamadas telefónicas se han reemplazado por mensajes escritos. No se diga de otros medios de comunicación más bien obsoletos como las cartas y postales (por correo tradicional, si, ese que usaba timbres postales y tardaba semanas en llegar)
Un contra para los citados mercadólogos y gran parte de lo que hablaba el artículo del New York Times, del cual he tomado el tema para hoy, es que los milenarios somos un blanco móvil para todos ellos. Estamos en constante movimiento, y esquivamos muy bien los proyectiles publicitarios. Se está volviendo cada vez más común que los programas de televisión se bajen de la red, con lo cual se evitan toneladas de comerciales y hace temblar a todos aquellos que tienen algo que ofrecer. Más si tenemos en cuenta que la tan nombrada generación milenaria se acerca cada vez más a el rango de edad en la cual el poder adquisitivo es una realidad absoluta.

Una de las posibles estrategias es poner al servicio del “download” todos los comerciales, que los descargues en tu Ipod o computadora. Me parece un poco aberrante la idea de que alguien quiera bajar comerciales para ocupar espacio en su memoria (me refiero a ambas), pero es aquí cuando entra la parte buena del asunto: los comerciales deberán ser muy buenos, la publicidad se verá forzada a mejorar su calidad y quien sabe… tal vez terminemos pagando por el derecho a ser manipulados para comprar un desodorante.

Como saber si eres un milenario hecho y derecho

1. Vives conectado, y el hecho de no estarlo (se cae tu red o se va la luz en tu casa o se descompone la comp., etc…) te ocasiona malestar, molestia y cierta angustia
2. Entiendes la comunicación interpersonal como una serie de mensajitos recibidos en la carátula de tu celular o en la pantalla de tu Messenger. Alguna vez platicaba con un amigo que podría hacerse una comparación directa entre la experiencia de “encontrarte a tus amigos” en Messenger a cuando lo hacías con tus amiguitos de la cuadra en el parque o la tiendita de maquinitas.
3. No acostumbras leer periódicos o libros. Si eres del tipo culto, lo haces en línea
4. La mayor parte de la música que escuchas la has obtenido en línea (te la han pasado o la bajas)
5. Tienes y visitas blogs.
6. Si olvidas tu celular o se la acaba la pila…. No estás cómodo hasta que vuelves a estar disponible. Y piensas cómo pudiste vivir sin celular durante la primera mitad de tu vida

Seguro te identificaste con mas de la mitad... porque estas leyendo un blog, y porque aceptémoslo... somos unos milenarios.

miércoles, febrero 01, 2006

Jijiji


La que se ha declarado en huelga he sido yo. Y proclamo que he decidido dejar la "no rigurosa" dieta; no podía soportarlo más, solo pensaba en cualquier cosa acidita, picante o sabrosa y salivaba como perro de Pavlov.
Hoy, las mieles de unas galletitas triki-trakes y unas palomitas en el cine (si, si... ... le puse un poco de "botanera" Y????) me hicieron sonreir. (eso y además ver a Eric Banna y Matthiew Kassovitz en una pantalla gigante juntos)

Las reglas se han hecho para romperse!
:P

PS. Quiero anotar que no he fumado.... estoy haciendo un genuino esfuerzo por dejarlo, y he tomado éste episodio como excusa para animarme a hacerlo. Mañana en el cumple de Karlita será la prueba de fuego... lo lograré? Hagan su quiniela!

Animo: punk-anárquico fresa