martes, junio 23, 2009

5:08

Casi puedo asegurar que nunca me había pasado.

Cuando escucho las tristes historias de amigos y familiares que comentan cómo ha sido estar dando vueltas y más vueltas en la cama con mucho cansancio encima y ni la más remota posibilidad de conciliar el sueño... pienso que ha de estar muy feo, y agradezco casi descuidadamente tener la capacidad de dormir cual teporocho en parque a medio día a los 3 o 4 minutos de haber puesto la cabeza sobre la almohada.

Pero hoy no es el caso, y lo mejor (peor), es que todo esto es por culpa de un inocente café vienés que tuve a bien tomar hace... 10 horas!

Además de traer una molesta sensación en la boca del estómago, tengo la molesta sospecha de que mañana (cuando los efectos de la cafeína hayan abandonado el cuerpo) andaré como zombie crudo trastabillando por la ciudad, con hartas cosas que hacer y mucho sueñoooo!

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