miércoles, septiembre 20, 2006

Expos y malas noticias



Dos expos. Dos malas noticias (La primera para mi… la segunda para ti)

I.
Después de una experiencia casi surrealista en la calle de Santo Domingo y sus aledañas al terminar siendo engullida por un tianguis de chacharas MADE IN CHINA y música MADE IN PUERLTO RRRICO (léase reaggeton), por fin pudimos llegar a San Ildefonso para ver la exposición Da Vinci Unplugged. No sobrará decir que la mentada expo me intrigaba mucho, iba con el animo de: "a ver ahora que se le ocurrió a este don"... y es que cada que voy conociendo un poco más de los alcances de este genio, más me doy cuenta que Da vinci RULES. Todo lo que hacía le salía de una forma magistral! Pintura, inventos, anatomía, bueno... creo que hasta sus recetas de cocina se aventó y ahora resulta que también incursionó en la onda musical, diseñando los instrumentos para ejecutar las melodías de la época.

La parte triste de la historia es que no había tal. La inauguraban apenas 3 días después… asi que no podré comentarla, de hecho no se si pueda volver a ir a verla (últimamente mi vida ya no me pertenece), por lo que propongo que algún ocioso y/o culto renacentista vaya y comente por aquí que tal está.

II.
Y ahora la mala onda: recomendaré una exposición que ya no está en exhibición, lo siento, pero es que no puedo salir de aqui sin presumir (porque ya namás es con ánimo de que sepan de la que se perdieron) la excelene exposición Le Parc Lumiére. Obras del artista de la luz y el movimiento Julio Le Parc. Este buenhombre comenzó haciendo arte plástico “tradicional”, pero a partir de la década de los sesenta (después de ganarse un importante premio de pintura en Venecia) le parece que la onda no es por ahí, que lo interesante está en la cinética y comienza a indagar los efectos ópticos cambiantes. Como muestra su trabajo, se presentó en el Laboratorio de Arte Alameda una exposición llamada “La Luz de Le Parc”.

Me encontraba un poco reticente a ir a la expo, como que no se me antojaba, pero la recomendaban tanto aquellos que habían ido que terminé cediendo… y que bueno que lo hice (porque al otro día se acababa). No sabría como explicar las sensaciones y atmósferas que resultaban de los experimentos, lo más cercano fue un comentario de una amiga: Estaba tan bonito que quería llorar!

Pues yo no quería llorar, pero tampoco me quería salir de ahí. Nos tocó la gran suerte de que ese día una chelista estaba como invitada para tocar unas piezas en medio del despliegue de luces. Mucha gente se dejó mecer por esa música y permanecieron embelesados, tirados en el piso viendo… solo mirando y escuchando lo que estaba frente a sus ojos.

El trabajo de Le Parc me pareció maravilloso, especialmente por la sencillez de sus mecanismos y propuestas (cosa que no significa que su idea sea burda o simple, sino la forma en que la resuelve, lo cual lo convierte en un proceso muy inteligente, mucho mas centrado en el significado que apantallar con los materiales). Algunas de las piezas se conforman de mecanismos muy sencillos que cubren y muestran los halos de luz que a su vez se reflejan en superficies, pero la gran constante de toda la exposición es la experimentación con los reflejos de la luz.

Se que soy terrible, que está mal hablar tales maravillas de algo que ya no está para que comprueben con propios ojos… pero siempre queda el link de Internet, (http://www.artealameda.inba.gob.mx/expoleparc.htm) tiene muy buenas fotos de algunas piezas.