Cuento
Tenía el deber de existir desde hace muchos años. El deber de alegrarte y también de darte placer, tuve el deber de hablarte y escuchar en los momentos indicados, el deber de verte y decirte “hoy te ves bien”, el deber de no quejarme y el deber de no cuestionar mi jodida existencia.
Hasta hoy tuve el deber de desnudarte cada miércoles y hacrte el amor muy lentamente. De vez e vez inventarte algún apodo cariñoso y decirte que sentía algo (no importaba que, solo sentir…. Mi corazón acelerado o un nudo en el estómago o el sudor de mis manos o el rígido deseo de mi sexo) al ver tus cabellos rubios y tiesos, al tocar tus manos pequeñitas y sudadas.
Tuve el deber de no ser fuera de tu cuerpo, lejos de tu espacio, de no mirarme en los espejos, de no reconocerme en una fotografía vieja , un libro o incluso otras miradas. Tuve el deber de esconderme en mi páncreas y mis intestinos quedarme ahí sin moverme ni hacer ruido.
Hoy en la mañana me dí vuelta hacia la izquierda y no te besé la mejilla caliente y húmeda. Hoy no oriné levantando la tapa para no disgustarte. Hoy no escuché los ruidos que hacen tus fosas nasales al respirar en las mañanas, ni percibí el olor dulzón de tus huesos, tan parecidos a un viejo caramelo. Hoy ni siquiera abrí los ojos para darme cuenta que empezaba otra nueva pesadilla.
Hoy solo tuve tiempo de darme cuenta que eso oscuro que me abrazaba no era el asfixiante sueño de la mañana sino mi propia muerte, que no disfruté del último suspiro como lo había planeado y que no me despedí de ti. Y por primera vez me sentí contento.
5 Comments:
cuando el deber se impone al amor, la vida se vuelve rutina, y eso en si es ya la muerte.
Existir no ser, estar no vivir.
Si te preguntas: vale la pena?, es que si. si ya no dudas ni cuestionas, entonces... ?????
By lupilstinskin, at 2:02 a.m.
Tendría que dejar un comment que diga algo sobre lo que su post me hace pensar acerca del amor. Pero no lo haré, por dos cosas: primero, creo que el amor es un mero acto de voluntad; segundo, que no es posible desearlo sin que haya algo que nos obligue a hacerlo.
Finalmente, hay veces...
(PD. ¿y es usted quien me pide a mí libros de literatura?)
By Ruy Feben, at 5:26 p.m.
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By Anónimo, at 11:34 p.m.
ya escribe, no?
By Anónimo, at 10:56 p.m.
¡queremos post!
By Ruy Feben, at 10:08 a.m.
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